La Unión Europea (UE) enfrenta un desafío crucial para asegurar su competitividad, alcanzar la neutralidad climática en 2050, sostener la transición verde y digital, y lograr una autonomía estratégica. Estos objetivos dependen en gran medida del acceso a materias primas críticas (CRMs, por sus siglas en inglés), esenciales para diversas tecnologías debido a sus propiedades físicas únicas. Por eso la UE ha elaborado un resumen informativo sobre esta temática que puedes consultar en inglés aquí.
El Acta de Materias Primas Críticas (CRMA), destinada a garantizar un suministro más seguro, resiliente y sostenible de CRMs en la UE, entró en vigor el 23 de mayo de 2024. Este marco regula 34 CRMs, de las cuales 17 son consideradas estratégicas (SRMs). El CRMA establece medidas para reforzar las cadenas de suministro de materias primas en la UE, mitigar riesgos, y promover la sostenibilidad en el uso de estas materias. Además, fija objetivos no vinculantes para 2030, como:
- Extraer el 10 % de las necesidades anuales de SRMs dentro de la UE.
- Procesar el 40 % de estas necesidades.
- Cubrir el 25 % mediante reciclaje.
- Diversificar las importaciones, evitando depender más del 65 % de un solo país externo para cualquier SRM.
El reglamento también incluye plazos clave para desarrollos estratégicos hasta 2031, pero ahora el desafío radica en implementar estas medidas de manera efectiva.
Aunque el CRMA ha sido recibido como un avance significativo, también ha sido objeto de críticas. Entre las principales debilidades señaladas se encuentran la falta de financiamiento específico a nivel europeo y las dudas sobre la eficacia de las medidas para acelerar la minería. Expertos cuestionan si la UE podrá cumplir con los objetivos establecidos para 2030.
En este contexto, se han propuesto diversas iniciativas para fortalecer la política de CRMs de la UE. El Informe Draghi sugiere 11 acciones prioritarias, como la creación de una plataforma dedicada a las CRMs que facilite una estrategia integral para toda la cadena de valor. Por su parte, el Informe Letta propone establecer reservas estratégicas mediante compras conjuntas, beneficiando así al mercado único. Otras recomendaciones incluyen fomentar la economía circular, armonizar las normativas relacionadas con las CRMs y desarrollar asociaciones globales que diversifiquen el suministro.
La implementación exitosa de estas medidas será clave para que la UE afronte los desafíos de sostenibilidad, competitividad y autonomía estratégica en las próximas décadas.