La pasada semana el UNEP, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (United Nations Environment Programme), hizo público un importante estudio en el que reconoce a la arena y los áridos como recurso estratégico para el desarrollo económico mundial. A su vez, en un comunicado, dicho organismo dejaba claro la gran importancia de esta materia prima a nivel mundial, mencionando que el volumen de arena y grava que se consume cada año la convierten en el segundo recurso más utilizado tras el agua dulce/potable. A su vez, añadía que, dada nuestra dependencia de esta materia prima, “las arenas” (asimilando arenas a áridos a efectos comunicativos) deben ser reconocidas como un bien estratégico, también en lo económico, haciendo justicia a su valor real social y medioambiental, y que sus métodos de extracción deben ser replanteados, en ciertos casos.

 

El estudio, titulado Arena y Sostenibilidad: 10 Recomendaciones Estratégicas para Evitar una Crisis, publicado por el equipo GRID-Ginebra de UNEP, llama la atención sobre: “las repercusiones del estado actual de la extracción, el uso y la (mala) gestión de las materias primas, proponiendo recomendaciones de actuación para establecer una agenda mundial de la arena que aborde las necesidades de sostenibilidad medioambiental, así como consideraciones de justicia y de equidad así como técnicas, económicas y políticas”.

El grupo de expertos encargado del estudio también ha dejado claro que este recurso es crucial para lograr los Objetivos Desarrollo Sostenible y para enfrentar la crisis planetaria formada por el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad, por lo que su correcta gestión es fundamental para el futuro. En este sentido, la UNEP también ha destacado la importancia de este sector en la economía circular.

Sin embargo, el informe comete el error de extrapolar las malas prácticas vinculadas a la extracción fuera de ordenación de arena a todo el planeta, sin distinciones, incluyendo sin argumento alguno a los países más desarrollados como los europeos, donde si ir más lejos España dispone de una reglamentación suficiente y de mecanismos de control que hacen que los escenarios que describe el estudio se hayan erradicado hace muchas décadas.

Efectivamente, los países donde sí que existe este problema, están en pleno desarrollo de consumo, con abundante presencia de extracciones ilegales, debido a una carencia muy acusada de procedimientos (legislación y control de su cumplimiento) adecuados para garantizar que el acceso a esos recursos se realice de forma ordenada. Dichas extracciones no son compatibles con la protección del medio ambiente, con la lucha contra el cambio climático, dificultan la protección de la seguridad y salud de los trabajadores, y la aplicación de políticas socialmente responsables.

A pesar de ello, la FdA comparte y suscribe plenamente las 10 recomendaciones que plantea el informe, en cuya redacción ha colaborado por medio de su activa participación en la asociación europea del sector, la UEPG (Union Européenne des Producteurs de Granulats), que se formulan como respuesta a dos resoluciones de la ONU (UNEP/EA.4/Res. y UNEP/EA.4/Res).

A su vez, la FdA se congratula de que estas recomendaciones lleven practicándose hace ya décadas en todo el territorio europeo y, en España en particular, siguiendo siempre los procedimientos legales establecidos incluyendo el sometimiento de los proyectos a evaluación de impacto ambiental, y a la aprobación de el plan de restauración con garantías financieras, además de aplicar los más altos estándares de RSC. Ello conlleva la realización de excelentes, y premiados, planes de restauración de explotaciones mineras que, por ejemplo, han demostrado aumentar significativamente la biodiversidad allí donde se han puesto en práctica.

De esta forma, los países donde el sector está más avanzado en todo el planeta (Europa, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Japón, Corea, etc. se esfuerzan en compartir sus buenas prácticas con aquellos menos avanzados, a través de la Red Global de Información de Áridos (GAIN – Global Aggregates Information Network).

El mencionado informe identifica 10 recomendaciones clave que representan un conjunto de soluciones prácticas para apoyar el suministro sostenible de este recurso estratégico tan necesario. El objetivo de estas medidas en su conjunto contribuirá a garantizar que la extracción y el uso de arenas, gravas y rocas trituradas se planifique, gestione y extraiga de forma responsable con un beneficio neto para el entorno. Estas son las recomendaciones que nos presenta el documento de UNEP:

Recomendación 1:

Reconocer las arenas como un recurso estratégico que proporciona servicios críticos para la sociedad y que es fundamental en la construcción de infraestructuras en todo el mundo.

Recomendación 2:

Incluir perspectivas locales para la justa transacción de la arena, garantizando que todas las personas afectadas puedan formar parte de la toma de decisiones, del establecimiento de la agenda de interés y de las acciones que se decidan tomar.

Recomendación 3:

Permitir un cambio de paradigma hacia un futuro de rehabilitación y circularidad.

Recomendación 4:

Adoptar marcos políticos y jurídicos estratégicos e integrados de forma horizontal, vertical e interseccional, en sintonía con las realidades locales, nacionales y regionales.

Recomendación 5:

Establecer la propiedad y el acceso a las arenas a través de los derechos mineros.

Recomendación 6:

Cartografiar, supervisar e informar sobre los yacimientos de arena para implementar una toma de decisiones transparente, basada en la ciencia y en los datos.

Recomendación 7:

Establecer una serie de mejores prácticas y normas nacionales, así como un marco internacional coherente en esta materia.

Recomendación 8:

Promover la eficiencia de los recursos y la circularidad reduciendo el uso de las arenas, sustituyéndolas por alternativas viables y reciclando los productos fabricados con ellas cuando sea posible.

Recomendación 9:

Poner en práctica el Principio de Abastecimiento Responsable mediante la adquisición activa y responsable de la arena de forma ética, sostenible y socialmente consciente.

Recomendación 10:

Restaurar los ecosistemas y reparar los efectos negativos de la degradación del medio ambiente, tanto directa como indirectamente, incorporando mecanismos de compensación y promoviendo soluciones basadas en la propia naturaleza para la restauración de los hábitats.

En España y en el resto de Europa, no es posible extraer arenas en yacimientos protegidos como las playas o los lechos de los ríos. Al contrario, la industria de los áridos contribuye a realizar aportaciones de arenas procedentes de las canteras y graveras para la regeneración de las playas cuando se ven afectadas por la subida del nivel del mar o por efecto de los temporales.

También aportan piedras de escollera procedentes de canteras, y son el elemento principal del hormigón necesario para reforzar y para reparar los desperfectos en la línea costera (puertos, estuarios, paseos marítimos, etc.), para mantener el alto nivel de las infraestructuras necesarias para el turismo y para proteger a los ciudadanos frente a los efectos del cambio climático.

Para la FdA, el futuro del sector de las industrias extractivas pasa necesariamente por seguir profundizando en su capacidad para posibilitar el desarrollo sostenible de la sociedad, la economía circular, la innovación, la contribución a los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) y a la Agenda 2030, la lucha contra el cambio climático y participando en el debate y el análisis que lleve a diseñar soluciones globales colaborativas de impacto positivo local directo.