
La segunda sesión, el evento de clustering de proyectos europeos de I+D+i, reunió a siete iniciativas punteras: Scimin-CRM, Terravision, Rotate, Mastermine, Dinamine, Nethelix y Queen. Cada una de estas iniciativas presentó un enfoque distinto pero complementario para digitalizar el sector extractivo. El proyecto Terravision trabaja con una plataforma de observación de la Tierra (EO) para cubrir todo el ciclo de vida de las materias primas críticas, desde exploración hasta cierre, integrando datos satelitales, drones y sensores; Mastermine apuesta por la transformación digital de minas europeas, mediante gemelos digitales, inteligencia de negocio y operaciones autónomas; Dinamine desarrolla soluciones de gestión integral de mina en tiempo real, con automatización, robotización, logística baja en carbono y monitorización de datos; Nethelix se centra en maquinaria verde, remota y automatizada, junto con plataformas de mantenimiento predictivo y soluciones digitales para la extracción sostenible; y Queen aborda la producción de silicio metalúrgico a partir de arenas de cuarzo europeas, con emisiones de CO₂ próximas a cero, demostrando que la digitalización también puede diversificar la cadena de suministro de materias primas críticas. Estas iniciativas evidencian que digitalizar el sector permite no solo mayor eficiencia y productividad, sino también menor impacto ambiental y mayor resiliencia frente a los retos de la transición verde.
En definitiva, la digitalización en el sector extractivo de áridos y minerales se revela ya como un factor determinante para asegurar competitividad, sostenibilidad y aceptación social. Al integrar plataformas digitales, sensores, análisis de datos, automatización y nuevas metodologías de valorización de residuos, las empresas pueden operar de forma más inteligente y responsable. Esto no solo beneficia a la propia industria —mediante reducción de costes, mejora de la seguridad y optimización del proceso minero— sino que también responde a los desafíos medioambientales y sociales del siglo XXI: menor huella ecológica, economía circular, recuperación de materiales estratégicos y mejor alineamiento con la transición energética. Las sesiones del congreso han reforzado la idea de que la minería del futuro debe ser digital, sostenible y colaborativa.